Manuel Padilla Muñoz
En los primeros días del mes de enero presentamos a la
regidora Leticia Castaño Orozco y a la primer síndico Cristina Gómez, un
proyecto para Vialidad en el municipio de Torreón. Un programa que ya ha sido
establecido y aplicado en otras ciudades similares a la nuestra, como Chihuahua
y han resultado un éxito, mediante el cual, primero, nuestra policía de
vialidad se transforma, en manera efectiva, en un policía vial educativa y no
represiva como hasta ahora ha ocurrido en nuestra ciudad y, segundo, con la aplicación
de dicho programa se abate la corrupción hasta en más de un 90 por ciento.
La fórmula es muy sencilla: para terminar con la corrupción
galopante en el Departamento de Vialidad, simplemente hay que eliminar el
motivo de la corrupción.
En esto, los ganadores serían los ciudadanos que dejarían de
soportar el yugo de los agentes de vialidad corruptos que hasta ahora hemos
padecido. Y el gobierno municipal que daría una verdadera muestra de querer
resolver los problemas sociales de la comunidad. Claro, siempre y cuando no
sean cómplices de tan grandiosa y jugosa corrupción.
A ambas ediles les entregamos el proyecto que daría
resultados en los primeros seis meses del presente año. Nos prometieron leerlo,
estudiarlo y hablar con el regidor presidente de la Comisión de Seguridad
Pública, supuestamente la máxima autoridad en esta materia en el municipio,
Luis Gurza Jaidar. Nos dijeron que después nos llamarían para explicar
ampliamente el proyecto.
Confiamos en ello. Los días han pasado. De esto hace ya casi
mes y medio y nada. Podemos concluir que
a nuestros ediles, nuestros gobernantes que tienen no solamente el poder sino
el deber de solucionar nuestros problemas no quieren hacerlo.
Hoy, la “bomba” en Vialidad ha explotado. Diversos medios de
comunicación han denunciado una vez más la galopante corrupción en ese
departamento. Los mandos medios obligan a los agentes a seguir extorsionando a
los automovilistas y aportar cuotas (vulgarmente conocido como “Tequilú”) para
sus jefes, el director de Vialidad y posiblemente para el regidor Luis Gurza y,
no lo dudamos, hasta a el presidente municipal. De otra manera no se entiende
su pasiva actitud y falta de voluntad política.
No somos legos en materia de Seguridad Pública, la que
aprendimos en la Academia de Policía de la ciudad de Chihuahua donde fue una de
las primeras poblaciones en implementar este programa de “Policía Amigo” y que
fue todo un éxito y hasta la actualidad es una de las ciudades con una fuerte
educación vial. Solamente que empezaron hace más de 15 años. Y si en Torreón no
empezamos ahora, nunca lo lograremos.
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