martes, 11 de febrero de 2014

No quieren


Manuel Padilla Muñoz
En los primeros días del mes de enero presentamos a la regidora Leticia Castaño Orozco y a la primer síndico Cristina Gómez, un proyecto para Vialidad en el municipio de Torreón. Un programa que ya ha sido establecido y aplicado en otras ciudades similares a la nuestra, como Chihuahua y han resultado un éxito, mediante el cual, primero, nuestra policía de vialidad se transforma, en manera efectiva, en un policía vial educativa y no represiva como hasta ahora ha ocurrido en nuestra ciudad y, segundo, con la aplicación de dicho programa se abate la corrupción hasta en más de un 90 por ciento.
La fórmula es muy sencilla: para terminar con la corrupción galopante en el Departamento de Vialidad, simplemente hay que eliminar el motivo de la corrupción.
En esto, los ganadores serían los ciudadanos que dejarían de soportar el yugo de los agentes de vialidad corruptos que hasta ahora hemos padecido. Y el gobierno municipal que daría una verdadera muestra de querer resolver los problemas sociales de la comunidad. Claro, siempre y cuando no sean cómplices de tan grandiosa y jugosa corrupción.
A ambas ediles les entregamos el proyecto que daría resultados en los primeros seis meses del presente año. Nos prometieron leerlo, estudiarlo y hablar con el regidor presidente de la Comisión de Seguridad Pública, supuestamente la máxima autoridad en esta materia en el municipio, Luis Gurza Jaidar. Nos dijeron que después nos llamarían para explicar ampliamente el proyecto.
Confiamos en ello. Los días han pasado. De esto hace ya casi mes  y medio y nada. Podemos concluir que a nuestros ediles, nuestros gobernantes que tienen no solamente el poder sino el deber de solucionar nuestros problemas no quieren hacerlo.
Hoy, la “bomba” en Vialidad ha explotado. Diversos medios de comunicación han denunciado una vez más la galopante corrupción en ese departamento. Los mandos medios obligan a los agentes a seguir extorsionando a los automovilistas y aportar cuotas (vulgarmente conocido como “Tequilú”) para sus jefes, el director de Vialidad y posiblemente para el regidor Luis Gurza y, no lo dudamos, hasta a el presidente municipal. De otra manera no se entiende su pasiva actitud y falta de voluntad política.
No somos legos en materia de Seguridad Pública, la que aprendimos en la Academia de Policía de la ciudad de Chihuahua donde fue una de las primeras poblaciones en implementar este programa de “Policía Amigo” y que fue todo un éxito y hasta la actualidad es una de las ciudades con una fuerte educación vial. Solamente que empezaron hace más de 15 años. Y si en Torreón no empezamos ahora, nunca lo lograremos.

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